Deja vú? No lo creo, acaso algo tan místico como eso es posible? No, creo que la situación que acaba de pasar y que me sorprendió ha sido la rutina. Ella hace que situaciones ordinarias se repitan dia tras dia tras dia. O terrible rutina, te apoderas de mi sin darme cuenta. Aun sin desearlo has envenenado mi vida. Pero espera, no es un veneno que mata, es uno que me adormece, que me estimula en medidas pequeñas para evitar preocuparme y es que despreciada rutina, me haces sentir seguro, me haces buscarte siempre a toda hora. No me asustas. Amo más la calidez de mi cama, protección de mi habitación, amo más las pláticas repetitivas de mi madre, adoro más el entretenimiento burdo que me brinda la televisión. Mi única salida y donde paso a un mundo nuevo es mi celular, pero he perdido en parte mi curiosidad, ese impulso sin límites que me hacía atreverme a cosas locas, a idear en mi mente situaciones y realidades absurdas pero que me hacían sentirme estimulado. Amo mi mente tal vez, amo esa capacidad de aun cuando la rutina me envuelva, de descansar en la seguridad de mi casa sin siquiera cambiarme la ropa orinada de la pasada noche, de vivir de manera despreocupada, aun así permanece alerta, permanece alejada, permanece volando. Alimentándome de esas ideas vagas, de esos sueños imposibles, de esa realidad alterna que a una vida rutinaria como la mía me hace sentirme diferente a aquellos que la presumen. Eres tu pequeña cabecita quien me das felicidad, porque aparcado en mi mundo de pocos esfuerzos me haces sentir un ser único, me haces sentir capaz de cualquier cosa, de cualquier logro y lo increíble de ti es que no me obligas a demostrarlo para ser feliz. Más bien me das por mi lado y me cambias a otras ideas más locas aun. Tú eres mi mejor amiga, tú eres quien me mantiene a flote y eres también mi mayor orgullo. Eres mi mejor secreto, mi mayor misterio. Te amo cabecita, porque aun con las dificultades en las que pudiera estar creas un aura hermosa que rodea mi vida, me le das ilusión y fantasía y a quien te alimente de ello dale tu atención, dale tu entrega y dale tu tiempo… si tu tiempo… el tiempo que de nuevo me quitas para escribir estas tonterías mugre cabecilla… Ya me pondré a trabajar… Eres tu quien me mantiene en esta loca rutina.
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