miércoles, 14 de abril de 2010

Llora Oswaldo Sánchez por exclusión de selección, video. ¿Víctima de la grilla?

Muchos somos los que creemos en la justicia divina, muchos otros en las consecuencias infranqueables de nuestros actos, pero todos podríamos coincidir en que toman relevancia estas aseveraciones cuando nos toca ser testigos de como se vuelven realidad. Un día tienes el poder, lo utilizas para manipular con delgados hilos los destinos de otros y corres el riesgo de caer víctima de tus mismos actos.

El domingo pasado, en las canchas de Ciudad Universitaria se dio un hecho que para la mayoría de los seguidores del deporte de las masas llamó poco la atención. Poco anecdótico resultó ser el marcador final del encuentro entre los equipos de Pumas y Santos Laguna, ya que lo que realmente robó cámaras fue el drama que se llevaba a cabo desde la portería del equipo visitante.


Y es que el otro hora genial y amado arquero Oswaldo Sánchez fue víctima de burlas y agresiones verbales de parte de la fanaticada universitaria por su no llamado a la Selección Nacional, lo que significaría no ser requerido en el grupo formado que viajará a Sudáfrica para participar en el evento deportivo más importante para todo aquel que le interese mínimamente este deporte. Dichas burlas resultaron hirientes para el guardameta que de alguna forma todavía guardaba la esperanza de ser convocado ante la abrupta salida del meta del Cruz Azul, José de Jesús Corona.

De alguna manera el hecho de saberse uno de los mejores porteros de nuestro fútbol le hacía creer que su llamado se daría tarde o temprano, ya que aunque en repetidas ocasiones al ser cuestionado de su deseo de formar parte del equipo mundialista, restó importancia diciendo que si se daba sería bienvenida. No fue capaz de soportar la presión de la fanaticada rival y terminó por romper en llanto en una de las salidas del estadio de CU.

 Debo aclarar que dicho acto poca importancia me provocaría, más han sido las circunstancias y lo paradójico de los sucesos los que han valido para que le dedique su espacio en mi blog. Total indiferencia ha tenido para mi la trayectoria de Oswaldo, aún así debo reconocer que fue un excelente cancerbero, que en algún momento llegó a vestir la indumentaria más amada que poseé nuestra liga. Mas lo que marcaría para siempre mi percepción de su persona fue lo acontecido desde la eliminatorias para los mundiales de Corea-Japón 2002 y Alemania 2006. Y es que solo basta esbozar un poco los recuerdos para que vengan a nuestra mente miles de detalles, primero como maquilaban aunados a otros jugadores de relevancia en la selección el destino de ésta, quienes querían que fueran convocados y quien los debía entrenar. El grupo formado por Borgetti, Pardo, Márquez y el mismo Oswaldo llegaron a posser una influencia inaúdita.


Aquellos que vimos la primera derrota de México ante Costa Rica en el estadio Azteca no se nos olvida, como no importando el deportivismo más elemental, varios jugadores decidieron entregar el partido para obtener la cabeza del "Ojitos" Meza. Fue necesaria la llegada de Javier Aguirre al timón del equipo para encarrilar el barco que déspotas jugadores se propusieron hundír. Fue la llegada de Aguirre un parteaguas en el destino del Tricolor, primero apoyandose en un jugador acostumbrado a la presión y que cual ariete consiguió embarcar al equipo hacia Sudáfrica. Fue Cuahutémoc el artífice de ese giro, apoyado claro por hombres que guardaban el mismo deseo por trascender.

Aún así poco importó el papel de México en dicho mundial, ni los aportes que un jugador como Cuahutémoc había ofrecido al equipo. La llegada de Antonio La Volpe, marcaría el futuro del ya veterano jugador. Más no fueron las rencillas entre entrenador y jugador lo único que marcaría su papel en el futuro mundial de Alemania, la muy comentada grilla al interior del grupo liderada de nuevo por Pardo, Borguetti, Márquez y Sánchez impidieron a toda costa el retorno que con méritos propios un emblemático símbolo de nuestro balonpié merecía. Fue allí donde se apoyo La Volpe para continúar con su postura ahogada en nepotísmo, aún ante los incesantes cuestionamientos de la prensa especializada y la afición. Un hombre que lo juraban acabado y que tuvo los arrestos suficientes para llevar a México de nueva cuenta al presente mundial Sudáfrica 2010.


Fue un verdadero golpe para la afición la exclusión de Blanco, pero caló igual el que en su lugar se llevara a un jugador gris como Rafael "Chiquis" García, quien si no hubiera sido por ser yerno del entrenador nacional nulas posibilidades tendría. Todo por la necedad y terquedad estúpida del timonel y mala fe y grilla de aquellos que se sentían los verdaderos dueños de la selección. Ese grupo formado serán recordados como grandes jugadores y que aportaron mucho al equipo nacional; sin embargo, para muchos también se han vuelto "apestados". Basta conocer un poco lo que ocurrió en esos vestidores para entender que no sólo fue el caso Blanco donde exhibieron dicho comportamiento anarquista. Sólo recordar la suciedad con la cuál fue llevada la época de Hugo Sánchez, aún cuando para mí nunca debió tomar la selección, fueron los mismos jugadores quienes se encargaron de darle cuello.

Hoy la vida da vueltas, aquellos que algún día fueron poderosos en el seno del equipo se han vuelto insignificantes. El mismo Márquez que sino fuera por militar en el equipo más poderoso del mundo también habría sido ignorado, más se quedó sin ninguna voz y nulo voto, pues son muchos los que recuerdan como se las gasta. Les toca ver tan prestigioso evento desde la comodidad de sus casas.


No negaré que me alegra en sobremanera que hayan sido eliminados de la lista, no sólo por limpiar la selección de esa atmósfera pesada, añado también el hecho de que los que un día excluyeron y señalaron, reciben lo merecido y han sido tachados. Una muestra de lo que ocurre cuando se anteponen intereses personales a los de todo un grupo y a grandes razgos, todo un país. Los líderes son necesarios, pero aquellos que actúan e intrigan con el destino de otros deben ser merecidamente vomitados. Repito que me alegra la exclusión y desintegración de aquel "grupo" y además como cereza del pastel las lágrimas de Oswaldo Sánchez me han caído como el más exquisito regalo.







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